LOS CREPUSCULOS DEL ATARDECER

Sin piedad y casi sin aliento el verano sucumbió de pronto casi de prisa
Sin entender el porque de el tiempo que solo vislumbro aquellos sueños
En la tarde incesante ya sin aire de un frió día
Y sin pensarlo casi de pronto, pude entender en tu mirada los sueños aquellos
Que me matan ahora de dolor en esta tarde desde ya sin brisa

Y es que sin pensar es que uno actúa a la inercia de la vida
Por cuanto siente el inconciente de una mentira tan real como elocuente
Sin creer y sin cesar uno siente sin importar lo que fuera
En este sueño eterno donde vivo aun más solo siendo fuerte

Y amanecer un día más sin saber que solo vivo
Y vivir una hora más sin saber que aun respiro
Pues sostener el aprender incesante de esta gran tarea
Siempre es tan fácil el hecho de hablar de lo más simple solo contigo

Pues es tan vital para mi el tener solo eso
Y entender que lo esencial esta en mantenerme sin daños
Pues si de esos sueños puedo vivir, solo vivir sin más desprecio
Prefiero respirar un día más y vivir, solo vivir aunque suene extraño.

Jorge Puchoc